domingo, 26 de diciembre de 2010

Se despertó en medio de la noche con la oscuridad rodeando su cuerpo

Se despertó en medio de la noche con la oscuridad rodeando su cuerpo; la mano de ella descansaba sobre su tripa. a su lado notó aquel cuerpo, y susurró algo entre sonrisas.
Con pereza, la mano se levantó, y fue buscando algo. La chica notó en esa mano las ganas de jugar. Aquella mano, tan ajena y a la vez tan propia. Empezó subiendo, acarició su pecho. Después bajaba hasta su tripa, demorándose entre el ombligo y la piel, que de vez en cuando respiraba escalofríos. Así llegaba a la cadera, donde disfrutaba por un momento de su agudez. Y cuando ya se podía escuchar la excitación, acariciaba el vello y entraba. Y allí ya nadie era dueño de nadie, y no había ni aquella mano, ni mano de nadie. ¡Qué bien se lo sabía hacer, coño!

Y para cuando se corrió, de pronto oyó a su lado el ronroneo de aquella jodida china negra de ojos blancos, que acababa de despertar, y dándose la vuelta hacia su boca, susurró algo en su oreja.
La muy perra, cada vez que soñaba con kanjis, que se ponía caliente y la despertaba de aquella manera. Que decía que le ponía la dulzura de los trazos. Aunque, la verdad, creía que si supiera escribir así se acabaría el morbo, así que justo después, salía corriendo de la habitación y le llevaba un lápiz y un boli, y al volver a la cama le pedía que le enseñara una sola palabra. Como mucho dos.

成る

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